No quiero perturbar tu existencia, porque vos también eres parte de la mía. Y a la final el mundo no se termina con la existencia mía, ni la tuya. A veces o casi siempre, todos vivimos algo de lo que unos pocos extraños no lo viven.
Releí otra y otra vez tus letras, ¡constreñido en tu ausencia con mis acostumbradas retóricas en silencio contemplé todas tus distancias remotas, mirando otra vez cómo se encumbra el vuelo sin el bañó fecundo de tus besos! Pero te veo andar con la nostalgia...
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