Esculco los pasajes sin paisajes
y en una desértica inocencia,
navego en este mundo,
árida la imaginación, a veces pródiga
pobre la pasión que no brotó en el pecho;
y el puntero se inclina explorando la huella,
de coloridas formas y alucinadas horas
donde suponemos que también existes... poetisa.
Inerte está... el vaso virtual que hacemos de brindis
sin, digestión, sin sabor, con ganas recíprocas
pero ganas... ganas de todo,
de pretender que entiendo de que existes
no sé dónde..!!
Qué!, opaco a veces el lienzo pintado de la vida real
sobre un paisaje vacío y tan profundo
que la vida rebana
que la supuesta dicha en huracán revienta
con lucidez imaginada y desperpleja...
que a lo mejor tal vez… ¡no servirá de nada!
Poetisa!
Salí a encontrarte a hurtadillas en la próxima esquina
y a enterarme de que también existes,
y que es cierto
que puedo escuchar tu voz cuando declamas sobria, poetisa
y llenarte de euforia con mis versos,
en el supuesto caso de que hubiera sido cierto
tan solo todo... cierto
La página virtual no supone, no entiende
que a lo mejor, todos se van...
todos vienen para irse; entre distancia y distancia
entre silencio de espera acumulada
¡menos yo! que también premoniciono que…
ya estoy cerca de irme
que no estoy ni cerca ni distante...
que tengo una existencia desprovista de mimo
y en estos pasos que doy... tal vez
encontrarás mis desvaríos... poetisa
de la ofuscada senda casual de éste destino.