La parda arcilla nos espera
te espera a vos, como cuna del alma
sorbiendo el gélido paisaje de este pueblo,
que entumece, y alela
y se esfuma la esencia de mi dermis
(del tuyo también… Damariz)
como tu hermosura se esfuma con el tiempo
y ya no protesta ni ve,
ni siente ni goza, ni cautiva
con la misma lujuria que hoy derrites:
y no lúgubre, y no desasosiego en mi morada
del engaño zagas que se nutre mi todo
¡pero noo, hasta ahora no ha pasado nada!