Saludo tu presencia mujer que no sea hoy día
a que sea mañana, a que sea pasado,
a que vengan los años sin contarlos
pues tu misma lo sabes
que la vida de un hombre sin ustedes
es una figura extraña y es absurda
como si el mundo sin vosotras
estuviera distante, estuviera ausente
algo raro...
y eso es que te hago falta y por todo eso
y porque sabes mujer que eres tan mía
contento de saber que eres la hija
que eres la madre y eres la compañera,
contento de traerte por mis sendas
contento de llevarte en mis compendios;
cierto es que contentos estamos, los que te esperamos,
desde ese ayer entrañable de saberte, mujer;
que existes y resistes a este ahora rugoso
y ese mañana incierto que no podrá extinguirte
quizá porque en el mundo eres un todo
un todo que da amor
pero a su modo
por eso a vuestro lado es otra cosa
y los amigos, y los hijos, y los hermanos,
y los padres, abuelos, nietos; toda la parentela
te damos gracias y te reconocemos
que eres la responsable mujer de mi existencia
de la tuya, de vos, de aquellos y de todos...
¡...y de los que no recuerdan que estás viva!
A vosotras que ya no cabe duda
en que no faltan los altares prometidos
y que sin embargo los vinimos fallando
¡quisiera ir con ustedes mujeres!,
pero no tengo la misma fuerza ni el coraje;
porque de ustedes vinimos cortando los senderos
de la inocencia para hacernos atroces
a veces con la supina vanidad de querer ser mártires
cuando las propias mártires son ustedes
gracias mujer,
porque hasta el exterminio viene de maternidad vestido,
"La madre Patria", ternura de una mujer,
por la que luchamos y morimos